Mi mamá no es científica pero es la persona más escéptica que conozco. Solo le convence aquello que ha sido demostrado una y mil veces, o sea, la ley de la gravedad y la rotación terrestre. Crecí entonces acostumbrada a no creer en nada, mucho menos en aquello que promete funcionar rápido y con poco esfuerzo.
Pero a lo largo de mi camino con el Biohacking, me he encontrado con técnicas que, sin exagerar, me han cambiado la vida. Tal vez, no les funcionen a todas las personas… recuerden que somos bio individuales, pero apuesto a que varios de ustedes sí se sorprenderán con el gran impacto de algo tan simple.
Ahí voy.
1. Calma de inmediato tus emociones
Todos los días, todo el tiempo, estamos experimentando diferentes emociones. Sin embargo, nos han enseñado de modo general a privilegiar la cabeza. Ser emocional se considera un defecto y además catalogamos a ciertos sentimientos como malos y a otros como buenos. Por ejemplo, nos negamos a sentirnos tristes o melancólicos y nos incomoda percibir que algo como la ansiedad o el miedo se apodera de nosotros. También hay veces en los que preferimos evitar algo como el amor o la alegría intensa porque nos distrae o porque no es el momento para ello.
Lo que te proponemos aquí es una manera diferente de procesar tus emociones. Unas que no es simplemente resistirse y ordenarle a la mente eliminar aquello que estás viviendo en el cuerpo.
Sigue estos pasos:
- Cuando sientas que alguna emoción que te perturbe empieza a surgir, concéntrate en ella y busca identificar en qué parte de tu cuerpo se localiza.
- Respira profundamente sin perder de vista su ubicación.
- Ahora dile en silencio o en voz alta te veo.
- Luego dile te acepto.
- Sigue respirando y observa cómo baja la intensidad de la emoción. Yo personalmente me imagino que es como una burbuja de jabón que empieza a crecer y al decirle te veo, te acepto, se revienta.
Pro tip: Ten cerca un post-it con alguna palabra, un adorno, una pulsera… lo que sea que te recuerde aplicar esta técnica a lo largo del día. Es increíble lo fácil que volvemos al hábito de resistir las emociones, que lo que en realidad consigue es hacernos sentir con mayor intensidad aquello que no queremos.
2. Usa el estrés a tu favor
En un punto de mi vida tuve un trabajo súper exigente que me dejó secuelas comparables a los del trauma luego de un accidente de auto. Cosas insignificantes como una llamada fuera de horas de trabajo, gatillaban en mí un nivel de nervios y ansiedad absurdos.
Solo cuando comprendí el mecanismo biológico que está detrás del estrés pude racionalizar lo que pasaba y entrenar a mi cuerpo a liberarse de esa reacción de ansiedad gratuita.
Si te ocure algo similar, haz esto:
Cuando sientas los síntomas del estrés (sudor, cambio en la temperatura corporal, agitación, latidos acelerados, músculos tensos o lo que sea en tu caso), en lugar de ahondar en la sensación, considera que todo eso es la señal de que estás saludable. Piensa: todo eso que estoy experimentando es la respuesta de mi cuerpo, de mi cuerpo saludable, a una situación exigente. Mi corazón latiendo más rápido me está preparando para la acción; mi respiración acelerada está enviando oxígeno adicional al cerebro para lo que se viene. Llénate de orgullo y valentía, pues tu cuerpo se ha puesto en marcha para ayudarte a enfrentar el reto que tienes delante.
Este es un resumen cortísimo de la charla que me enseñó a lidiar con el tema del estrés de otra manera. Les recomiendo ver la intervención completa, hecha por la psicóloga Kelly MgGonigal en una de las TEDtalks más famosas de todos los tiempos. Son 15 minutos, 10 si aumentan la velocidad de reproducción, con información de alto impacto.
https://www.youtube.com/watch?v=RcGyVTAoXEU