¿Qué gasolina consumes para tu auto, Súper o Extra?
Si el precio no fuese un factor, todos preferiríamos un combustible de mejor calidad porque sabemos que este puede afectar a nuestro auto con el paso del tiempo. Sin embargo, no cuidamos de la misma forma nuestro principal vehículo, es decir, nuestro cuerpo.
Aunque sea ilógico no lo hacemos porque la relación que tenemos con la comida es mucho más compleja y la usamos para consolarnos, para socializar, para sentir placer. Cambiar esta dimensión es más difícil y lleva más tiempo. Pero sí hay algo que podemos empezar a hacer de inmediato si nos preocupa nuestra nutrición y queremos comenzar a mejorar.
La primera y más importante regla es que el 90% de los alimentos que consumimos deben ser calidad y naturales, es decir, cosas que nuestra bisabuela hubiera comido mientras crecía. En otras palabras alimentos no refinados, que no vengan en latas o conservas y que no estén pre-preparados de alguna manera. Al final del artículo te damos una lista con ejemplos.
¿Por qué? Los alimentos procesados tienen dos problemas. En primer lugar, han perdido buena parte de sus nutrientes y beneficios originales; y además, están llenos de saborizantes, preservantes, colores, endulzantes, texturizantes, hormonas, ingredientes baratos que intoxican al cuerpo y lo enferman.
Por lo tanto, los procesados no proveen al cuerpo con combustible de calidad para sanar, para tener suficiente energía, claridad mental, piel, pelo y uñas fuertes, digestiones suaves, buen deseo sexual y buen humor.
Protip: Quieres llevar la regla del 90% a otro nivel? Consume orgánico.
Algunos alimentos procesados súper comunes:
- Pan de molde, galletas y dulces, cereales para el desayuno, papas fritas y snacks, jugos y gaseosas, aderezos y salsas listas, embutidos, frutas en almíbar, conservas, cenas para microondas, sopas en lata.
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